Sentado en mi casa, llegó un paquete para mi, al abrirlo estaban las geta que había pedido modificadas con una lamina de acero en su suela.
-P- debo empezar a tomar mi camino como espadachin y dominar mi propio estilo de lucha, mi maestro no tiene que saber estos entrenamientos,
Me puse las geta y me dirigí hacia el bosque, podía caminar con ellas aun que eran pesadas gracias a mi entrenamiento físico que había realizado. Pero una cosa era caminar y otra correr necesitaba poder moverme con ellas como si fuera descalzo para ser verdaderamente poderoso, así fue como al llegar al bosque agarre una cuerda y la puse en un arbol atándola.
Me puse delante de ella y le propine una patada la geta golpeo el árbol con fuerza, pero al pisar el suelo note como la sudor había caído por mi frente, eran muy pesadas, ese movimiento me había desgastado casi por el completo y eso con mis entrenamientos realizados físicos.
-Entrenamiento solitario- Mugen en apuros! el misterioso espadachin
Pero no iba a rendirme, no estaba en mi naturaleza rendirme, así fue con continué golpeando el árbol con unas patadas continuas, mi cuerpo sudaba horrores y casi creía que se me desgarrarían los músculos de la pierna pero seguía dando patadas al árbol, asta que no pude mas y caí al suelo agotado. Era duro pero tenia que seguir intentándolo para ganar fortaleza y flexibilidad de movimientos a mis piernas. Al paso de un tiempo me puse derecho de nuevo me dirigí al arbol para golpearlo pero antes de llegar salte colocando las manos en el suelo, y haciendo un giro de 120 grados, fui propinando golpes con los pies en el aire mientras rotaba mi cuerpo con las manos. Gracias a mis habilidades físicas pude hacerlo. El entrenamiento de la cascada había resultado efecto, mi cuerpo era mucho mas hábil en todos los sentidos y se movía por impulsos casi de reflejos.
Al terminar de propinarle patadas me puse derecho de nuevo y al caer de pies note como ya no me pesaban tanto mi tronco se había acostumbrado al peso de ellas, ( mas o menos ), y aun que aun me resultaba difícil correr y era paso en los movimientos, ya podía mantener un ritmo alto con ellas.
Me tire al suelo a dormir y mientras pasaban las horas, escuche un ruido a unos metros detrás, abrí un ojo y vi una sombra que se dirigía hacia mi, pude ver el reflejo de su katana, y la evite por centímetros girando mi propio cuerpo, al alzarme de un salto, vi a dos hombres, eran espadachines y por su estilo de combate me resultaba familiar, demasiado familiar..
Me pare un momento y observe a los dos shinobis mientras me recuperaba un poco del cansancio sufrido
Mi cuerpo aun no estaba del todo recuperado del cansancio pero pensé que seria un buen entrenamiento y es que seria la primera batalla a muerte con mis geta puestas, sin preguntarles nada desenvaine mi katana, el filo rojo de ella relucía como el fuego.
No se de donde venís, ni por que queréis eliminarme pero rezar a lo que creáis, por que cuando se termine esto solo abra uno en pie, y que no quepa la menor duda de que seré yo
Al terminar la frase, vi como estaban rodeándome, no había forma de escapar si quería salir vivo de aquí seria matándolos
Me puse en guardia y vi de reojo como se acercaba uno a gran velocidad, envaine la katana y colocando los brazos sobre el suelo, le impacte un fuerte golpe con mis geta a su rostro, destrozándole la cara
No se supone que eres un maldito espadachin? grito uno al ver como quedo su compañero
Y se lanzaron dos hacia mi, pero al momento uno de sus compañeros lo freno y le dijo: no necesito a nadie para terminar con este absurdo espadachin, al decir eso se acerco a mi con gran velocidad y intento cortarme con su katana, a lo que yo con un ágil gesto lo evite y le clave su corta katana a su espalda sin que pudiera defenderse
Eso fue lo que los destrozo moralmente, había matado a dos de sus compañeros sin sacar mi katana, y se dirigieron a por mi dos, al verlos desenvaine mi katana con gran velocidad y sin que les diera tiempo a defenderse corte a uno, al otro le di un fuerte golpe con mi geta y luego lo corte
Solo quedaba uno, se había quedado mirando en todo momento sin ni siquiera mostrar un ápice de pena miedo, o cualquier sentimiento por lo que había ocurrió en ese momento. No parecía como los demás, mantenía su katana agarrada por el mango mientras me miraba a los ojos, su mirada era penetrante como si te cogieran el alma y te la enfocasen directamente, ciertamente nunca creí que pudiera derrotarlo.
En un suspiro de ese momento creí que este seria mi ultimo combate, tan siquiera haber luchado con el ya se veía la diferencia de nivel que teníamos.
Pero no podía salir corriendo y sinceramente en ese momento estaba demasiado engrescado para el combate como para correr, y vaciando todo lo que tenia en mi mente, lo mire a los ojos intentando encontrarle un punto débil por el cual poder matarlo
Pero no encontré nada.. ni una tenue salida a esa pose y mirada.. y en mi ultimo suspiro ante lo que seria probablemente mi ultimo combate no fueron otros que una pequeña sonrisa, al pensar lo que me estaba ocurriendo
Alce mi mirada hacia el espadachín y sin pensarlo mas me dirigí hacia el con todo lo que tenia
Ocurrió muy rápido, yo le dirigía cortes, mientras el me los evitaba todos contraatacando con golpes mas precisos, pero vi una luz encontré el punto de su debilidad en la zona posterior de su espalda, con velocidad gire mi cuerpo hacia esa zona y le propine un fuerte corte, craso error, antes de que el filo tocara su piel, giro su cuerpo y me puso la katana al cuello, podía haberme matado si hubiese querido, pero no quiso.
No perforo mi piel, y allí me encontraba, derecho con la sudor que caía por mi frente y la katana de mi enemigo a pocos milímetros de perforarme el cuello. Había sido derrotado se me ocurrieron muchas cosas que decirle en ese momento, pero un fuerte golpe me golpeo la cabeza dejándome inconsciente.
Al despertar estaba en mi casa, me dolía todo el cuerpo pero salí de ella para pensar un poco, me di cuenta que ya no me pesaban para nada las geta habría sido gracias a esa lucha a muerte que tuve ayer. Mi mente daba giros intentaba aclararme, quien quería haberme matado y quien era ese espadachín que me perdono la vida y por que me sonaba tanto ese estilo de lucha cuando todo se aclaro. Mi maestro me toco el hombro y con una sonrisa me susurro: aun no eres el mas fuerte, entrena mas.. ..
Al girar mi rostro se había ido, me fui para casa y me tire al suelo a pensar todo lo que había ocurrido.
PD: Al terminar el entrenamiento, ya domino las geta, mis reflejos han aumentado, velocidad y precisión en los cortes.