The Crazy Hatter.
Cantidad de envíos : 473 Puntos de Sabiduria Ninja : 1124 Fecha de inscripción : 15/12/2009 Edad : 29
| Tema: [TP][P] Los Tiempos de Rikudô. [Introducción]. Dom Mar 07 2010, 07:28 | |
| Personajes;
- Shadow Kôri - Adripinto08. - Nagato Rikudô - .:lSpax:. - Kintetsu Tsuroari - Enrrikqe. - Shiro Aburame - SameEight. - Zhisou Fuso - Números y Tony.
Lugares de Desarrollo de la Acción;
· Templo de la Diosa Yuu.
- Spoiler:
En el monte que reside dentro de las murallas de Acero, existe un templo dedicado a la deidad de esta villa. Su nombre era [i]Yuu, una sacerdotisa. Antes de ser proclamada diosa de Haganegakure, se dedicaba a cumplir los deseos de aquellos que estuvieran dispuestos a pagar su precio. Éste variaba según lo que se demandaba, pero solía ser alto. Su historia está grabada en un libro perdido, hace ya tiempo, y ahora aún más difícil de encontrar tras las ruinas de la invasión a la villa. Años después de la desaparición de la sacerdotisa, se erigió un templo en lo alto del monte, para recordar a Hagane quién era esa mujer y coincidiendo, además, con el sitio de residencia de Yuu. Este templo trata de seguir esa cadena de acciones propias de la diosa, por lo que su función principal es conceder deseos de diversa índole, desde los más pequeños a los más difíciles de conseguir. Cabe destacar que la seleccionadora de los deseos escogidos, es la sacerdotisa principal quien, con mucha maña y paciencia, admite cuales son los aptos y cuales no son bienvenidos. El templo se mantiene gracias a los donativos de aquellos que buscan algo o simplemente están agradecidos por los deseos cumplidos, además de gente que, por simple adoración y entrega, los hace. Este lugar está abierto para todo aquél que quiera rezar o pedir un deseo. Por último, la aldea está comprometida con sus creencias, por lo que normalmente presta su ayuda militar al templo siempre que este lo necesite, lo cuál hace que sea frecuente ver ninjas en las inmediaciones del templo. No obstante, todo aldeano de Acero sabe que es suelo sagrado, por lo que no hay disputas de ningún tipo entre sus muros. Es un lugar de paz, armonía y meditación. Las escaleras que llevan al templo están situadas a la salida de una de las calles principales que atraviesan Haganegakure. Son de piedra y sus escalones llevan marcada una señal para cada uno de ellos, como indicando la ascensión a este lugar sagrado. [spoiler]
-> Estas escalera conducen a la entrada norte del Templo, pasando por la zona del mismo llamada "De la superación personal". En ella, la gente camina entre árboles milenarios que vieron a la villa nacer. Dicen, que si escuchas atentamente, susurran acertijos y respuestas para aquél que las busque. Es más, a modo de representación, existe una estatua de piedra para simbolizar un deseo para cada uno de los que la diosa cumplió antes de desvanecerse.
- Spoiler:
-> Tras esta zona y caminando un poco más, los visitantes se topan de frente con un puente que une los dos estribos del camino. Este es el llamado "Puente de los deseos". Se dice que si tienes fe en lo que pides y te tiras por ese puente al vacio, llegarás al final sin sufrir rasguño alguno. Aquellos que lo hicieron y salieron airosos no lo han contado a nadie, por lo que no se ha confirmado todavía la veracidad de esta leyenda.
- Spoiler:
-> Y, por fín, tras atravesar todas esta zonas, se llega a la terraza exterior. Lugar donde hacer los rezos y demandar deseos. Allí también reside la sacerdotisa mayor y está apostada la oficina de entrada de correo y peticiones. Visto lo visto, es como una segunda oficina del kage, solo que no se presta para nada relacionado con cosas contrarias a la paz y el bienestar de los habitantes de Acero. Pero en esa oficina se reciben cartas de todo el mundo pidiendo favores y otras cosas de la más variopinta variedad.
Es más, desde este lugar se puede contemplar Acero en todo su esplendor y no son pocos los amantes que se congregan allí por las noches de los días festivos, sentados a contemplar las relucientes luces de la villa.
- Spoiler:
-> Pero el complejo del templo es aún más grande, ya que se ha ido ampliando a lo largo de los años desde su fundación y según iba requiriendo. Este lugar santo dispone de zonas de alojamiento detrás del templo, donde residen los monjes y monjas y donde los visitantes pueden alojarse durante un tiempo. Cada caseta contiene un jardín, cuidado por los propios monjes y donde se puede hacer meditación sin temor a ser molestado por ruidos varios.
- Spoiler:
- Spoiler:
-> También dispone de biblioteca para todo aquél hambriento de conocimiento. La completan volúmenes venidos de todos los confines de este mundo. Muchos, en pago por algunos de los deseos, otros, por cesión de la villa misma. Pero abiertos a todo visitante dispuesto a perderse entre sus hojas.
- Spoiler:
-> Y... para los aventureros dispuestos a adentrarse en las profundidades del monte, se encontrarán con una grata sorpresa, pues los sacerdotes y sacerdotisas gozan cuidando jardines de plantas exóticas, escondidas del mundo exterior. No son celosos, pero estas zonas son poco conocidas por los extrangeros ya que no ahondan en su exploración. Por lo tanto, son exclusivas para los habitantes de Acero y están especialmente adaptadas para festividades varias. Entre ellas reside el "Paseo Rojo":
- Spoiler:
-> Y otro lugar del que los monjes están orgullosos, la "Zona de los manantiales", hecha con ayuda de algunos ninjas de la villa y que sirve, a efectos prácticos, de lugar santo de invocación y oración.
- Spoiler:
-> Por último, el lugar también acogido por los sacerdotes y al que gustan de ir todos los visitantes es a la fuente de aguas termales que reside en el templo. Las aguas termales de Acero son consideradas un excelente remedio contra la edad y por eso las sacerdotisas y mojes del templo parecen ser mucho más jóvenes de lo que son realmente.
- Spoiler:
Todo ello hace del templo de la diosa Yuu, uno de los más visitados del mundo shinobi y uno de los más admirados por su dedicación y su tarea fundamental; Hacer un poco mejor, si cabe, este mundo.
· Palacio de Cristal.
- Spoiler:
Desde los inicios de la Villa Oculta de la Luna, el centro de ésta siempre ha sido el mismo. Sin un nombre concreto, el increíble edificio de cristal puro e inmaculado fue conocido desde el principio popularmente como “El Espejo de los Sueños” o “El Palacio de Cristal”, a pesar de no ser tan grande como para pueda ser reconocido como tal.
Nadie sabe en qué momento de la historia fue construido, ni la razón por la que se hizo. Pero la Villa entera conoce el secreto que guarda en su interior o, por lo menos, él más evidente: los sueños.
Toda persona viva sueña. Sueños imposibles o realizables, sueños inalcanzables o probables. Sueños, a fin de cuentas. Y ese es el secreto del prestigioso edificio: es capaz de adaptar la realidad de su interior al sueño de cada persona. Si bien un vengador verá dentro el cadáver de su enemigo, aquel que desee la paz de la Aldea pensará que está aún en el exterior y allí, no habrá ningún rastro de guerras, violencia o sangre.
Ningún humano ha entrado nunca y ha visto la auténtica apariencia interior del edificio. Porque todos soñamos, por nimiedades que puedan ser nuestros sueños.
Exteriormente, el edificio es bastante alto, pero no el mayor de Luna. Está rodeado por unos bellos jardines, que cuidan con esmero cada día y a los cuales acuden bastantes personas, aunque no tengan intención de penetrar en el Palacio de Cristal. Para entrar a él, sólo se puede a través de unas puertas dobles de un material diferente al cristal, traslúcido y ligeramente parecido a éste. Al lado de ellas, una placa plateada que hay en la pared reza: «Aquí yacen los sueños».
Sea por la razón que sea, tal vez por la misma por lo que el Palacio de Cristal muestra los sueños, o por algún efecto en especial utilizado en su construcción, no importa cuanto se mire desde el exterior lo que hay dentro, nada puede verse. Como si estuviera completamente vacío, como si una bruma blanquecina no dejara observar más allá. Porque, ¿qué hay más allá de los sueños?
El misterio perdura. Los sueños esperan. Y Damashi, hace ya tiempo olvidado, sigue durmiendo…
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