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 [+13][P] Un pacto de amor. La historia de Minato y Kushina.

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The Crazy Hatter.

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MensajeTema: [+13][P] Un pacto de amor. La historia de Minato y Kushina.   [+13][P] Un pacto de amor. La historia de Minato y Kushina. I_icon_minitimeDom Mar 07 2010, 04:51

Un pacto de amor

Capítulo 1

La primera misión

Una nueva mañana iluminaba el valle de Konoha, la suave brisa se columpiaba entre sus hojas y soltaba aquel aroma de paz que los habitantes tanto añoraban. Aunque la vida tenía su continuación, el mundo ninja se colmaba de intranquilidad y odio. Esa necesidad de poder volvía de hierro las almas de aquellos guerreros que juraron dedicar su fuerza para proteger a su tierra, a su gente…

Pero la vida seguía y con ella nuevas generaciones de hombres y mujeres que querían hacer del universo una armonía completa. Un día de fiesta embriagaba las calles de Konoha, nuevos ninjas de la Academia serían egresados esa misma mañana y con ellos la esperanza de una vida mejor.

Minato lavaba su rostro y acomodaba su playera, ese día había sido tan esperado por él, por fin sería un ninja, aunque era una lástima que su madre no lo viera, hacía casi 8 años que había fallecido y desde aquel día su padre nunca fue el mismo. Siempre buscaba ocuparse y evitar las conversaciones con su pequeño hijo, tal vez las excesivas misiones que tenía hacían que olvidara su vida como padre, pero Minato lo admiraba por ser fuerte y valiente, aún cuando la situación es trágica o imposible. Sin embargo ese día, en la graduación tampoco estaría… Alborotó su cabellera dorada y salió con prisa, no se perdería tan anhelada ceremonia.

La Academia Ninja estaba llena de gente, familias y estudiantes se abarrotaban en las aulas, hasta que el profesor pidió orden para comenzar la ceremonia. La ansiedad se apoderaba de Minato, aunque siempre conservó compostura, sencillamente no era un chico que se dejara llevar por sus emociones, consejo que continuamente le advertía Takeshi, su padre.

La ceremonia dio inicio y el Hokage Sarutobi emitió un breve discurso:


- Queridos niños, este día será el día más importante de sus vidas, a pesar de su corta edad, hoy se convierten en ninjas, vocación difícil y sacrificada, pues tendrán que enfrentarse al odio, a la crueldad y a la muerte, pero siempre con una meta fija, proteger a su patria y a sus seres amados, por quienes darán su vida, si fuese necesario. Así que, ¡enhorabuena!, y ¡felicidades!

Aquellas palabras quedaron prendadas en la mente de Minato, su camino ninja comenzaría, aunque no sabía por quién exactamente luchar o proteger, con el tiempo aparecerían esas personas “amadas”…

- Bla, bla, bla, ese anciano me aburre, ¿cierto Minato?- exclamó un chico de cabellera negra y ojos negros.
- Shhh… Fugaku, calla o nos regañarán.- advirtió el rubio.
- Oh claro, Minato el respetuoso nos dirá qué hacer y qué no hacer, ¿verdad Hiashi?- dijo en forma sátira Fugaku.
- Cierto o ¿acaso no eres el hijo predilecto del Sandaime? Seguramente hoy te graduarás con honores, Minato.- contestó amargamente el heredero Hyugga.
- No lo sé y no me importa. Además no soy el predilecto de nadie, ustedes son la esperanza de sus clanes. Fugaku el heredero del clan Uchiha y tu Hiashi el heredero del Byakuugan, no tienen que preocuparse por mí, yo no soy la esperanza de nadie.- opinó entristecido Minato.
- Tal vez tengas razón, pero de alguna forma has conquistado el respeto y honor de las autoridades en Konoha, aunque tu padre no sea un admirado ninja- completó Hiashi.


En esos momentos Minato tenía las amplias intenciones de romper la cara del Hyugga, pero en ese justo instante…

- Y nuestro alumno más destacado es… Namikaze Minato. – anunció el sensei.

Minato fue despertado de golpe, no esperaba tal reconocimiento y sólo se quedó pasmado.

- Te lo dije Namikaze, eres el hijo prodigio de Konoha…- exclamó Fugaku.
- Vamos hijo, adelante. Recibe el pergamino de manos del Hokage.- insistió el sensei.


El chico rubio avanzó entre la muchedumbre que lentamente soltó aplausos de reconocimiento y celebró la capacidad del joven.

- Felicidades, Minato. Serás un gran ninja… De eso estoy casi seguro, hijo. Takeshi estará muy orgulloso de un hijo como tú.- inquirió Sarutobi.
- Ari-ari-ariagatou, Sarutobi-sama.


Aquella tarde, Minato recibió su banda ninja, el símbolo de la Hoja brillaba en su esplendor y más aún, su alma brillaba por presumirle a su padre el honor que llevaría a la familia. ¿Familia? Bueno a la casa…

- Ese pergamino es muy valioso, niño. Cuídalo.- advirtió un hombre de larga cabellera blanca.
- Hai, lo sé.- Minato observó el rostro del hombre y reconoció a personaje tan honorable.- Jiraiya-sa… sama, eres un legendario sa-sa-nnin…
- Oh, deja de títulos absurdos, soy Jiraiya el hombre de espíritu libre. ¿Cuál es tu nombre muchacho?
- Namikaze Minato.
- ¿Eres hijo de Namikaze Takeshi? Un hombre valiente e inteligente, me ha acompañado en algunas misiones, y misiones peligrosas, sí que es muy tenaz. Ahora entiendo el talento tuyo.- comentó el sannin.
- ¿En serio? Wow, no sabía que mi padre lo conocía y salía a misiones con usted.
- ¿Nunca te lo dijo?- cuestionó Jiraiya.
- Mmm… mi padre no… habla mucho conmigo.- comentó con tono triste.
- Bueno, Takeshi es un hombre de pocas palabras, pero sé que estará muy orgulloso de ti.- y frotó la cabeza del niño.- Tengo que irme y fue un placer hablar contigo, Minato.
- Hai, Jiraiya-sama. Sayonara.


La noche con su manto de estrellas cubrió el techo lunar, espectáculo que Minato observaba desde su ventana. Ese paisaje hizo que se fijara una promesa, proteger a aquellas personas que considerara especiales y amadas, aquel sería su pacto, un pacto de amor. Finalmente el sueño lo venció y soñó con un remolino que lo absorbía, pero que no tenía fin…

_________________________________________________________________________

La asignación de equipos y sensei estaba por comenzar. Minato rogaba que no le tocaran los odiosos de Fugaku y Hiashi, pues si no su vida se tornaría un completo fastidio a lado de ninjas tan envidiosos y engreídos. Afortunadamente la suerte estaba de su lado…

- Equipo 7, Tanaka Kenji, Suzuki Kasumi y Namikaze Minato.
- ¡Hai!.- contestaron los tres.
- Su sensei será… Jiraiya-sama.
- ¡Genial!- exclamó Kenji.
- Un legendario Sannin, será nuestro sensei, ¡Qué honor!- emitió la chica Kasumi.


Minato sólo sonrió, ese sabio debía tener sus trucos y seguramente aprendería de él. Pero sabía de su temperamento alocado y pervertido, sin duda, sería toda una aventura.

- Bien jóvenes, el tiempo es oro y tendremos nuestra primera misión.- dijo Jiraiya acercándose a sus discípulos.
- ¿A dónde iremos Jiraiya-sensei?- preguntó Kenji.
- Iremos a hacer una… investigación. Sí una investigación para un trabajo que estoy haciendo, muy importante. Aunque es secreto oficial. Iremos al país del Remolino, donde me dijeron que existen muj… digo información hermosa, digo valiosa.- concluyó el sannin.
- ¿El país del Remolino?- preguntó Minato.- ¿No es un país en conflicto?
- Eh, sí, tenemos que recopilar información de sus movimientos. Así que prepárense, tenemos una misión.- exclamó con entusiasmo.


Continuará…
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MensajeTema: Re: [+13][P] Un pacto de amor. La historia de Minato y Kushina.   [+13][P] Un pacto de amor. La historia de Minato y Kushina. I_icon_minitimeDom Mar 07 2010, 04:55

Capítulo 2

¿Eres una chica?


El viaje se tornaba cada vez más dificultoso, parecía que caminan en círculos, como si pasaran mil veces por la misma roca, el mismo árbol, el mismo paisaje… Nadie se atrevía a cuestionar al sannin, pero el equipo 7 se sumía en una profunda confusión y cansancio, hasta que…

- Jiraiya-sensei, acaso, ¿no estaremos perdidos?- cuestionó Minato.
- Eres un chico atrevido, cuestionar mi sentido de orientación es un atrevimiento.- contestó de forma exasperada.
- Shh.. calla Minato, no quieras que se enfade con nosotros, él es un gran sabio y…- Kasumi advertía al rubio cuando éste la interrumpió.
- El que sea un sabio no lo hace exento de un equivocación y simplemente quiero saber qué está pasando.- susurró el nuevo gennin.
- ¡Nunnca…- exclamó Jiraiya- hablen a mis espaldas!- los chicos quedaron pasmados y Jiraiya continuó- Porque… todos somos un equipo, sin secretos, chicos.- y sonrió.


Aquello les mostró el carismático carácter del héroe de Konoha, seguramente nada se toma tan enserio. Jiraiya explicó que el país del Remolino era exactamente eso, una especie de remolino. Para llegar al centro debían circundar un valle, el cual parecía no tener fin y ser exactamente el mismo, pero sólo era una ilusión. La mayoría de la gente que intentaba arribar al país, se desesperaba y se rendía, la diferencia es que ellos no lo harían y su sensei conocía perfectamente el camino.

Continuaron su marcha y de pronto el sensei se detuvo, todos tomaron una posición de defensa. Minato sostenía su kunai y observaba a su alrededor, era un experto en la detección de peligro. Jiraiya soltó un “falsa alarma” y continuaron, pero Minato seguía presintiendo algo o alguien… A punto de tocar su espalda, Minaro giró con velocidad increíble y atravesó a un chico con su arma, pero éste explotó, ¿un clon?

De repente miles de chicos iguales aparecieron de entre la arboleda y atacaron al equipo, todos tenían habilidades en el ataque, pero nuestros ninjas los superaban. Kasumi saltaba de un lado a otro con ligereza y atacaba en las alturas, todos los chicos eran copias y se desvanecían. Kenji con su fuerza extrema los aniquilaba de un manotazo, sin poder encontrar al emisor de los clones. El sensei sólo observaba, estaba probando a sus alumnos y sólo en el momento preciso detendría el ataque.

Minato esquivaba los ataques con facilidad, su fortaleza radica en la velocidad. Observaba los patrones del atacante, sin duda debía estar escondido, se dirigió a los árboles, tras las rocas y nada.


- Eres rápido estorbo.- inquirió la voz
- Rápido como para matarte, enfréntate solo. Tú y yo.- exclamó Minato.
- Ah, veo que eres un poco egocéntrico niñito, no te daré el gusto.- replicó el chico.


Jiraiya parecía divertido, pero pudo denotar las habilidades de sus discípulos: la velocidad, la resistencia y la fuerza, juntos eran dinamita. Aunque lo que también admiraba era la resistencia del chico atacante, sin duda alguna, tenía gran concentración de chakra para manejar tantos clones de sombra. La diversión tenía que llegar a su fin y con un poco de atención encontró al emisor del Kage Bushin No Jutsu.

- Bien, el juego terminó, ¿quién eres y qué quieres?- preguntó mientras sostenía a un chico que pataleaba y buscaba zafarse.
- ¡Suéltame anciano! ¡Maldito no te saldrás con la tuya! ¡Uzumaki te detendrá!- gritaba con desesperación el chico.
- ¿Uzumaki?- exclamó confuso el sannin. El resto del equipo se sorprendió ante la enorme habilidad de su sensei, aunque era de esperarse. Minato miraba con detenimiento al presunto agresor.
- Te soltaré si me dices quién es tu familia y cómo llegar más pronto a la ciudad.- agregó Jiraiya.
- ¡Nunca!- y escupió en la cara del sabio.
- Mira niñito… Espera…- y olfateó al chico, quien luchaba por soltarse sin ninguna posibilidad.- Ese aroma, es lirio… ¿Ayane?- cuestionó el sensei.
- No, claro que no, bastardo. Ayane es mi madre.- replicó el joven.


Los demás quedaron absortos, ¿quién era Ayane?, y ¿por qué la conocía su sensei?, y más confuso aún, ¿por qué el chico olía a lirios?

- ¿Eres hijo de Ayane?- dedujo Jiraiya.
- Mmm… hijo bueno pues, así como hijo pues no, pero soy su… hija.- respondió dudosa la ahora ¡chica!


Minato no podía creer lo que veía y oía, una ¿chica? Estuvo peleando con una ¡chica!, pero si parecía niño… Wow, ¡qué habilidades!- pensó el rubio.

- Claro, Ayane tuvo una hija, ahora lo recuerdo y ¿cómo está ella?- preguntó el peliblanco.

La chica soltó un suspiró y se alejó del hombre curioso. Tomó aire y continuó.

- No lo sé, pero lo sabré. La voy a encontrar y nunca me rendiré, es mi camino ninja y no lo dejaré. Ella, ella fue… secuestrada. Espías de la aldea de la Roca la raptaron, quieren conocer los poderes del Remolino y ella es la heredera…- estuvo a punto de soltarse en llanto, pero se mantuvo, era una chica muy fuerte o al menos eso aparentaba.
- Tranquila… Podemos ayudarte, somos ninjas de la Hoja.- sostuvo Minato.
- ¿Konoha? ¡Enemigos! ¿Ayudarme ustedes? Son una amenaza para mi pueblo, no los dejaré pasar, pasarán por mi cadáver…- furiosa contestó.
- ¡Oye, oye, oye! Yo que recuerde mi aldea no está en pugna con tu país.- recordó el sannin.
- No, tal vez no, pero con mi familia si lo está. Mi padre odia a Konoha, por poco hacen que pierda a mi madre.- replicó la chica.
- ¿Cómo está eso? ¡Explícate niñita!- advitió Kenji.
- Un ninja de Konoha, sedujo a mi madre y por poco hace que deje ¡plantado a mi padre el día de su boda! ¿Se imaginan el odio que les tenemos?- explicó enojadísima.


Jiraiya soltó una leve sonrisa nerviosa, Minato comprendió el asunto. Sin embargo admiraba el coraje de esa chica, que le causaba mucha curiosidad. No era una chica normal, tenía un temperamento fuerte y además parecía talentosa ninja. Con más razón quería conocerla.

- No todos los hombres de Konoha somos así, amiga. Queremos ayudarte y mi sensei al parecer conoció a tu madre. En equipo es más fácil trabajar, ¿qué dices?- insistió Minato.
- Digo que no necesito de tu palabrería ni de tu ninjutsu de Konoha, tonto. Soy más fuerte que tú.- replicó la chica. Aquella actitud comenzaba a fascinarle a Minato, nadie lo retaba con tanta facilidad y ella lo hacía con naturalidad. El rubio se movió con tanta facilidad que de pronto sujetaba a la chica por detrás.
- ¿Me dirás tu nombre, niña?- la chica quedó sorprendida por la rapidez del rubio y tartamudeó.
- ¡Estás loco!- y buscó zafarse.
- Sólo quiero ayudar- y luego la tiró al suelo, dejándola indefensa entre sus brazos.
- Eres insoportable. Kushina… Uzumaki y quítate de mí, estorbo.- contestó vencida.
- ¡Ese es mi alumno! Domínalas hijo…- exclamó Jiraiya.
Kushina les mostró un atajo rápido para llegar a la ciudad. Ningún otro chico la había dominado así como ese rubio. No significaba que éste era especial, pero había algo que la hacía trastabillar, un poco ¿débil? Absurdo-pensó.


Continuará…
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MensajeTema: Re: [+13][P] Un pacto de amor. La historia de Minato y Kushina.   [+13][P] Un pacto de amor. La historia de Minato y Kushina. I_icon_minitimeDom Mar 07 2010, 05:00

Capítulo 3

Un pequeño torbellino


(Narración de Minato)

Caminamos un largo tramo entre unas estrechas montañas, yo miraba con detención todos los movimientos de la chica misteriosa. Sé muy bien que mi mente debe estar concentrada en la misión y que mis emociones debieran estar en armonía con mi razón, pero… hay algo en ella que me desequilibra, tranquilo Minato… sólo es una chica, como Kasumi, pero… aún así tiene algo especial.

- ¡Despierta pelos de elote!- sorprende mis pensamientos la chica remolino.
- Ah… lo siento- me mira incrédula.
- ¿Que no te enseñaron en tu escuelita ninja a concentrarte?- pregunta con sarcasmo- O es que acaso algo te distrae, ah, ya sé, ¡tú noviecita de Konoha!- soltando una leve carcajada. La miro y me posiciono muy cerca de ella.
- No, tal vez sea una chica de otro lugar… - y su rostro refleja asombro, sin embargo su cinismo entre en acción.
- Ni lo sueñes tonto, no eres mi tipo.- contesta indignada.
- Nunca dije que eras tú, tampoco eres mi tipo- mentí y la dejé pasmada.
- Ya basta ustedes dos, tórtolos. La misión es más importante- recordó Kenji.


Ambos nos miramos con desprecio, este juego comenzaba a gustarme, ella era chica difícil de convencer y persuadir, pero yo no tengo prisa en conocerla más…

Pronto llegamos a la ciudad del Remolino, sin duda parecida a Konoha, con sus casas, templos, restaurantes, mercados y ninjas. Kushina no reparó en mostrarnos la ciudad, su objetivo era llevarnos con su padre y exponer una posibilidad para recuperar a su madre.

Su hogar, era más que una casa, simplemente un ¡palacio! Lógico era de pensar que su familia era de las más pudientes del Remolino. Fuimos recibidos por varios sirvientes hasta llegar a la sala principal, su padre parecía molesto.


- ¡Uzumaki Kushina! ¿Crees que tus acciones ponen en alto el nombre de familia?-cuestionó el padre.
- Padre… lo siento.- su rostro tenía unas amplias ganas de mostrar argumentos.- Pero, ¿quién más encontrará a mamá? Tengo que hacer algo, por algo me enseñó a defenderme, ¿no crees?
- Kushina, ¿nunca puedes quedarte callada? Eres una dama de la familia Uzumaki, ¿dónde están esos modales?.
Comienzo entender su actuar, al parecer odia los protocolos y etiquetas de nobleza, su madre la hizo más fuerte que delicada.

- Ser una damita, no ayudará a encontrar a mi madre, además odio que me obligues a ser refinada y tierna. No soy así y…- entonces quise interrumpir la escena familiar.
- Ohayo, Uzumaki-sama, nosotros venimos en son de paz y encontramos a su adorable hija, quien nos trajo para conocer a la familia y platicar sobre la problemática de su esposa y queremos ayudar- dije en tono diplomático.
- ¿Adorable, Kushina?- meditó el padre- Lo dudo, pero es placer conocerlos, ¿Ninjas de..?- Jiraiya comenzó a incomodarse y me miró con nerviosismo.
- De Konoha… Con respeto y honor a su servicio.- contesté e hice reverencia.
- Konoha, ¿eh?
- Padre, sé que los odias y si quieres que los matemos en este mismo instante, te apoyo porque…- y el padre la calló.
- Calla Kushina, tranquila, eso fue hace mucho tiempo. Agradezco sus intenciones pero tengo la situación controlada, mis guardias han podido localizar el escondite, sólo falta actuar.- explicó el jefe de la familia.
- Sin duda podemos ser de ayuda, pues conozco a Ayane.- señaló mi sensei.- Soy Jiraiya y lamento lo que están sufriendo y también quiero rescatarla porque es y ha sido una gran amiga.
- ¿Jiraiya, el sannin? Ahora mismo te mato, cretino.- Kushina reaccionó en contra de mi sensei, tenía que actuar.


Con mi rapidez y sin que se diera cuenta la detuve y la contuve de los brazos, con un gran abrazo y súbitamente la saqué de la habitación, no podía permitir que hiciera otro escándalo, seguí corriendo y la llevé fuera de la casa y de la ciudad…

Me sorprendí al ver que no reaccionaba, estaba en shock, pero mis brazos aún no podían soltarla, ella no hacía nada por zafarse, hasta que yo sí reaccioné. Supuse que se me vendría a golpes pero sólo se sentó en el pasto.


- Kushina, tranquila, no creo que mi sensei haya querido dañar a tu padre, él no es así, tal vez un poco loco y coqueto, pero nada más. Queremos ayudarte… ¿Qué dices, aceptas?- esperé una respuesta fatal.
- Eres raro…- y se levantó para seguir caminando. No quise molestarla más y me quedé viendo cómo se alejaba. Pero cuál fue mi sorpresa.
- ¿Te vas a quedar mirando como tonto?- aquella frase ruda significaba un “¿me acompañas?” y la seguí.


Por un largo rato sólo caminé tras ella, sin un ningún cruce de palabras. Hasta que me internó en una selva, el lugar era caluroso y húmedo. La chica parecía a dónde dirigirse y yo sólo espera una señal, a la vez iba alerta, pues alguien nos podía interceptar.

Arribamos a una cascada hermosa, en donde ella decidió refrescar su rostro, en ese momento la vi linda, pues soltó su cabellera pelirroja, ahora sí parecía una chica.


- ¿En Konoha son así de… corteses?- preguntó contrariada.
- Mmm.. no todos, ¿por qué lo dices?- inquirí en saber.
- Bueno, generalmente los chicos de por aquí son groseros conmigo y yo ¡tampoco me les dejo!, pero tú eres diferente- contestó confundida.
- ¿Y diferente es malo?- pregunté, para mí ella era diferente y eso me encantaba.
- Mmm.. para mí no, pero para los demás sí. Bueno yo soy diferente de las demás chicas y no me importa pero…- su rostro se llenó de tristeza, ansiaba poder abrazarla y decirle que no había nada de malo en ella.
- Es genial tu manera de ser, eres fuerte e inteligente- contesté entusiasmado pero mi alegría se cortó con sus palabras.
- ¡No te burles de mí, gran tonto! Sé lo que soy y no me importa lo que digan.- y se alejó de mí, como huyendo de su realidad. Regresé a la ciudad solo.


(Narración de Kushina)

Ojalá que se vayan pronto y mucho más ese rubio sabelotodo, ah, odio llorar, ¿por qué me sucede esto? Es sólo un chico, como los demás que has conocido Kushina… Bueno en realidad es diferente. Desde que lo conocí no puedo evitar querer estar cerca de él, es como si su presencia me hiciera diferente, querer ser, ay no sé, más… agradable, pero no puedo porque si no se burlará de mí, como lo hizo ahorita, ¿yo fuerte e inteligente?

Sí, ojalá que se vayan, ojalá que se vaya ese tonto, pues ha venido a perturbar mis emociones y mi objetivo. No, no lo permitiré, pero… sus palabras, su sonrisa. ¡Despierta Kushina! Es tonto todo esto.

Llego a la casa y veo que los invitados están instalados, ¡no puede ser! Tengo que hablar con mi padre.


- ¡Papá! ¿Qué es todo esto? Konoha es enemigo.- exclamé exaltada.
- Kushina, ya no lo es y me convencieron para encontrar a tu madre que es lo que más importa en este momento.- contestó preocupado.
- Pero ese hombre hizo que casi perdieras a mamá, ¿dónde está tu honor?
- Kushina, mi honor está contigo y tu madre. Lo importante es que tu mamá se quedó conmigo y no con ese hombre, además ya hablé con él y todo está arreglado.- defendió mi padre.
- ¿Qué? ¿Sólo así?
- Sí, Kushina y no tengo que darte explicaciones. Mañana mismo salen para encontrar y recatar a tu madre, y deja de darme preocupaciones con tus escapes.- amenazó papá.
- Yo voy con ellos…
- ¡Claro que no!
- Hagamos un trato
- No se trata de convenios, es una orden y ya- exclamó un tanto enojado.
- Escúchame, este es el trato: voy con los ninjas de Konoha por mi madre, te prometo que me cuidaré, sé hacerlo- hice una pausa y mi padre me veía absorto- Si me permites esta misión yo prometo…- de nuevo hice una pausa lo que iba decir era una decisión difícil para mí- Entrar en al instituto de señoritas y… aceptar el compromiso con el País del Rayo.- concluí incrédula pero segura.


Mi padre me miró asombrado por unos minutos, después relajó su semblante y dirigió una mirada de satisfacción, sabía que lo que dije era muy importante para él.

- Está bien, cuento con tu palabra Uzumaki. Prepárate, mañana mismo salen.- concluyó y se acercó a mí para posar un dulce beso en mi frente.- Confío en ti, mi pequeño torbellino, cuídate mucho.
- Arigatou, padre.


Aquella noche casi no pude dormir, pero mi esperanza radicaba en que por lo menos, una vez más podría ver al chico de los cabellos dorados…

Continuará...
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MensajeTema: Re: [+13][P] Un pacto de amor. La historia de Minato y Kushina.   [+13][P] Un pacto de amor. La historia de Minato y Kushina. I_icon_minitimeDom Mar 07 2010, 05:07

Capítulo 4

Un mal entendido


El equipo de rescate caminaba entre los territorios del país de la Roca, cubierto de inmensas cadenas montañosas y acantilados inesperados. Minato saltaba entre piedras y mesetas, pero en detenidas ocasiones observaba al torbellino rojo que los acompañaba, quien con una mirada dura continuaba su búsqueda. Jiraiya trataba de hacer relajada la misión y en una que otro momento hacía reír a Kasumi y Kenji, incluyendo a algunos guardias del clan Uzumaki.

De pronto miles de kunais los atacaron, sin duda alguna una trampa. Minato corría entre las puntas filosas y trataba de encontrar a los emisarios, debían ser un sello de armas, porque aparecían con infinita facilidad.

Kushina esquivaba y detenía los kunais con el propio que llevaba, en cierto momento volteó para cerciorarse de que el rubio estuviera bien, pero sólo vislumbraba su rastro dorado que dejaba ante su velocidad.

Jiraiya trataba de proteger al resto del equipo con su melena blanca y resistió por varios minutos hasta que planearan el ataque, sin embargo necesitaban de la detección oportuna de Minato, quien aún no daba con los emisores.

Kushina comenzaba a preocuparse por el rubio que no daba señales de vida entre el enfrentamiento, los kunais dejaron de salir y decidió buscar a Minato, mantenía su defensa pero su ansiedad hizo que perdiera la concentración.


- ¿Te perdiste muchacho?- una voz salió de sus espaldas. Kushina se vio cubierta de un enorme terrón de tierra, su cuerpo entero estaba aprisionado sin que pudiera moverse.
- ¡Suéltame! ¡Suéltame, estúpido!- gritaba la chica. Sus manos se movían con dificultad.
- Nadie te puede ayudar chiquillo, hmp…-
- Oye, ¿quiénes son ustedes?- preguntó Minato quien apareció en ese justo momento.
- Oh, ¿quieres rescatar al chico? Un paso más y estará perdido. Esta tierra es capaz de triturar sus huesos cual hoja de papel, así que es tu decisión chico valiente…- concluyó el ninja de la Roca.
- No, no vine a eso. Ni siquiera me importa si lo matas.- Los oídos de Kushina no podían creer lo que escuchaban, su pecho se contrajo pero en vez de sentir dolor, el orgullo se apoderó de ella.
- ¡Ah, no te importa! Entonces no importa si lo hago enfrente de ti.- Minato no vaciló otra vez.
- No, no me importa adelante, es un estorbo para el equipo.- advertía mientras se acercaba más a la situación, su mirada trataba de tranquilizar a una colérica Kushina.
- Bien… lo haré.- el ninja pronunció su sello y la tierra se movió estrepitosamente en contra del cuerpo de Kushina.


Minato se movió con rapidez hacia Kushina, quien se batía entre la fuerza de ese ninjutsu. El ninja percibió el movimiento de Minato y lo quiso detener, Minato viró al ninja y justo cuando iba golpear el terrón, éste explotó inminentemente. Una ráfaga levantó la tierra que cayó a miles de metros de Kushina. Una nube de polvo impedía que Minato observara la condición de la chica, cuando de pronto ésta apareció entre los escombros, sacudiéndose la tierra.

- No soy ninguna damisela en peligro para que me salves, tonto.- y la chica lanzó un kunai hacia el ninja de la roca quien sin reacción alguna recibió el arma mortal.

Minato se quedó sin palabras, sin aliento, sin nada… ¿Cómo lo hizo? Él lo tenía todo planeado, aquello era un rescate triunfal y la recompensa un… graa-ciaas, o bueno al menos eso imaginó, esa chica sí que era fuera de lo común. La siguió, tenía que explicarle todo…

- Lo que pasó fue una distracción para el ninja.
- Aja, claro. ¿Un estorbo? Bien, por qué no me lo dijiste antes.- reclamó Kushina.
- Si mostraba interés por ti o debilidad, te podía llevar de rehén y…
- Mira cuando quieras una distracción utiliza a otra tonta para que casi se muera, conmigo no cuentes, baka.- Kushina lo aventó con su mano, en sus ojos más que furia existía frustración.
- No era mi intención… Si te llevaba de rehén.- Y Kushina se alejó de las excusas del rubio- No me lo hubiera perdonado.- aquello se perdió entre el silencio que dejó la pelirroja.



La situación era la siguiente: el equipo de rescate no sólo pudo contener el ataque sino que consiguió rehenes útiles para sacar información, Jiraiya tenía una ubicación más precisa, se conocían algunos de los ninjutsus de la Roca y… Kushina no podía ver ni en pintura a un apenado Minato. Decidieron tomar un descanso y planear la siguiente acción. Colocaron sensores de movimiento a los alrededores junto con trampas y explosivos.

- ¿Por qué son tan difíciles las mujeres sensei?- cuestionó Minato afligido.
- Uju, mi discípulo se ha encontrado con la interrogante que vacila entre mis pensamientos… Jajaja, pues ¿cómo explicarlo? Mmm… aún no lo sé.- concluyó el sannin dejando a un Minato más angustiado.- Pero lo que sí sé, es que una vez que quieres estar cerca de una, tu vida sólo quiere girar en torno a ella y se volverá en tu diosa o en tu verdugo…
- Genial, en cuestión de esto no hay ninjutsu, genjutsu o taijutsu que me libre, ¿cierto?
- Mmm… eres inteligente Minato, aunque la inteligencia nunca te servirá para hacer feliz a una dama.- advirtió el sensei.
- ¿No?, entonces, ¿qué?- preguntó ansioso.
- Ya lo entenderás y… Esa chica no es fácil, eso la hace más interesante, así que… cuídala.


Kushina se mantenía alejada de la comitiva, necesitaba espacio y soledad para pensar lo que pasó ese día. Odiaba que la subestimaran y aquel rubio lo hacía. Su objetivo, demostrarle que ella era una chica fuerte y valiente, que no necesitaba de nada y de nadie para lograr su camino ninja. Si alguna fue ruda, ahora lo sería más.

- ¿Kushina?- aquella voz derretía sus sentidos. Tomó valor y contestó.
- ¿Qué quieres? ¿Más distracciones o estorbos?- preguntó irónica.
- Etto… yo quiero decir que…- Minato tartamudeaba y cambió el tema, sabría que no podría enfrentar a tan impredecible chica.- ¿Qué fue lo que hiciste, digo, algún ninjutsu de escape?
- No creo que te importe o sí.- respondió recordándole sus palabras crueles.
- Claro que sí, fue sorprendente lo que hiciste, me gustaría saber cómo lo hiciste.- volvió a insistir y dudo por un segundo que Kushina le respondiera, pero ésta dijo:
- Técnica de mi familia… mmm, futon, no creo que lo conozcas.- dudó del rubio.
- ¿Elemento aire? ¿En serio? Wow, genial, es fantástico.- exclamó el chico.
- Aja, ¿no querrás que te lo enseñé o..?- y miró la cara expectante de Minato.
- Está bien, está bien, quita esa cara de perro, lo haré.- Kushina tomó postura y después de hacer un movimiento de manos exclamó- ¡Fūton: Jūha Shō!


De sus manos salieron disparadas unas olas de viento, que cortaban los árboles y montículos de tierra a su paso. Minato no podía creer lo que veía y admiró con más ímpetu a la chica ruda.

- Eso… eso fue… wow eres…- y la abrazó hasta cargarla de la emoción, Kushina no entendía que pasaba y de pronto sintió los brazos de Minato que la rodeaban.
- Eh, Mi-mi-na,na-too.- tartamudeó de vergüenza.
- Eres maravillosa Kushina, eso fue fantástico, tienes un gran poder.- Minato la fue acercando a su rostro la chica lo miraba absorta- Nunca fue mi intención herirte Kushina, nunca te pondría en riesgo, si te raptaban yo… nunca me perdonaría, no podría permitir que te pasara algo.
- Etto, Minato, yo.- la chica sentía desfallecerse en aquel encuentro, todo había sido un malentendido.
- Así que espero me disculpes y seamos buenos amigos.-Las nubes rosas desaparecieron de la mente de Kushina, pues Minato había arruinado el momento con tal frase.
- Bien… como quieras pelos de elote.- contestó la pelirroja pretendiendo ser indiferente.



Enseguida apareció Jiraiya quien observó la escena durante todo ese tiempo. Rascó su cabeza y se acercó a Minato.

- Se ve que no tienes experiencia en esto, ¿verdad?- preguntó el sensei.
- ¿Por qué lo dice sensei? Aclaré las cosas con Kushina, creo que ya no estará enojada conmigo.- concluyó el rubio.
- Todo iba bien hasta que saliste con tu burrada de “seamos buenos amigos”.- exclamó haciendo una imitación de Minato.
- ¿Dije algo malo?
- Bendito Kami-sama que me tienes de sensei, mira…- y la charla continuó.



El alba se levantaba en el horizonte, señal que avisaba a los shinobis de Konoha que era hora de actuar.

- La puedo ver, allí está.- dijo entre susurros Kushina.
- Bien, ¿listos todos?
- Hai…- dijeron entre silencios.
- Pues, ¡adelante!


Continuará…
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MensajeTema: Re: [+13][P] Un pacto de amor. La historia de Minato y Kushina.   [+13][P] Un pacto de amor. La historia de Minato y Kushina. I_icon_minitimeDom Mar 07 2010, 06:18

Capítulo 5

Una terrible pesadilla


(Narración de Minato)

Es increíble ver Kushina cómo adora a su madre, parece otra al lado de ella, como más, más… femenina. Tal vez sea que le tengo admiración por su potencial, sí eso es, ¿admiración? ¿Sólo eso? Bueno debo advertir que en ocasiones confunde mis sentidos al estar junto a ella, hmp… ya hablo como mi sensei. Fue una pelea difícil y Kushina se entregó con valentía, todo con tal de rescatar a su madre…

[Flash back]

Entramos a la guarida, una especie de cuartel. Las paredes estaban llenas de puntiagudos kunais, me limité a observar la situación, meditar mis ataques era una de mis habilidades, pero de pronto Kushina se adelantaba a la situación, su desesperación la llevaba a actuar sin antes pensar, demasiado impulsiva para mi gusto. El plan era localizar a la madre de Kushina, sorprender al enemigo y escapar con ella, aunque nuestro punto débil era la acción de una trampa.

Kushina buscaba con fervor a su madre entre aquel escondite con pinta de laberinto, todas las paredes con esos amenazantes kunais, que su riesgo no radicaba en lo filoso sino en el veneno potente que al parecer los caracterizaba, Kasumi, experta en venenos localizó el peligro en ellos.

Miro a mi sensei y se nota tranquilo, propio de la seguridad de un sannin, imagino yo. De pronto Jiraiya-sama se tensa, nos mira absorto y pide que canalicemos nuestro chakra, sin duda un genjutsu. A tiempo logramos esquivarlo, excepto…


(Narración de Kushina)

¿Dónde estás mamá? Esto es desesperante, tan cerca de ti y no puedo sentirte. Aún recuerdo tus palabras…

“Un Uzumaki siempre sabrá encontrar a otro Uzumaki, despertando su remolino interior, su alma…”

Creo no ser bastante buena para eso, por más que lo intento. De repente allí estás… ¿Mamá? ¡Oh no, estás herida! Puedo ver que estás atada y sangras de tu rostro. Corro hacia ti y grito a los demás: ¡Ayúdenme! Pero no me escuchan, sólo me miran y sus rostros se deshacen, como figuras de cera derritiéndose. ¡Minato me escuchas, ayúdame, ella está herida! ¡Minaatooo!


(Narración de Minato)

- ¡Kushina! ¿Estás bien?- pregunto y su mirada está perdida.
- Ha caído en el genjutsu, Minato. Sólo ella podrá salir del hechizo o encontrar el emisor para que lo detengamos.- contestó mi sensei.
- Minato tranquilo, tenemos que asegurarnos que no sea una emboscada. Cuidaré de ella, mientras encuentran a los emisarios, ¿entendido?- Kasumi asume mientras no lo puedo aceptar, no puedo dejarla, debo estar a su lado, ella me necesita y la quiero proteger.
- ¡No! Aquí me quedo con ella, ustedes vayan.- exclamé. Todos me miraron pasmados, sé que no es exactamente la forma en que normalmente actuaría, pero por ella… No lo sé, no puedo dejarla.
- Kasumi, déjalo con ella.- escucho la voz de Jiraiya-sensei, es como si entendiera mis razones, las cuales aún no entiendo- Nosotros buscaremos al enemigo, bien… ¡divídanse!- Todos exclamaron un “Ha-ai” y se dispersaron dejando solo con la chica.


Podía ver el dolor que la asechaba, no sabía qué hacer, sólo estaba allí hincada sin movimiento alguno, aquello me aterraba, la impotencia de no hacer nada por ella. Instintivamente me acerqué a ella y… la abracé, esperanzado que con ello pudiera despertar, no fue así. Lágrimas rodaban por su rostro, nunca antes la había visto así, tan vulnerable, creciendo en mí una gran necesidad de protegerla, la acerqué más a mí…

Susurraba su nombre al oído, comencé a decirle lo especial que era para mí, lo rápido que había entrado en mi… corazón. Le hice promesas y le hablé de mis sueños con ella, miles de fantásticos planes a su lado, sabía que no me escuchaba y mucho menos que lo recordaría.


(Kushina)

Aún no puedo creer que nadie me ayude, sólo puedo ver cómo mi madre se consume y yo no tengo fuerza para salvarla, me siento cansada de gritar, de pedir asistencia, ni siquiera Minato está aquí…

¿Una voz? Lejana, muy lejana… Creo reconocerla, sí, es, es… ¿Minato? ¡Aquí estoy! Puedo escucharte, ¿qué dices? Cada vez es más claro…

“Veremos el atardecer juntos… Eres especial para mí… Vendrás conmigo a Konoha… Entrenaremos juntos… Regresa a mí, Kushina… Te quiero…”

¿Minato, tú dices todas esas bellas cosas? ¿O sólo es esta horrible pesadilla que me hace escuchar lo que quisiera escuchar de ti? Quiero saber si es cierto, si tan sólo pudiera levantarme y dirigirme hacia dónde está tu voz…


(Fin narración de Kushina)

La chica dejó de llorar, sus manos comenzaron a moverse y sentir los brazos de Minato, el chico lo notó, sí, estaba despertando…

- ¿Mi-m-inato?- preguntó la kunoichi.
- ¡Kushina, volviste! ¡Volviste conmigo!- exclamó Minato abrazándola con más fuerza.
- No te librarás de mí tan fácil, pelos de elote.- contestó con ese sarcasmo característico de ella.
- No me quiero librar de ti, Kushina.- el silencio los embargó, Minato no podía sostener la mirada que la chica le profesaba y decidió cortar esa incomodidad- Todos estaban preocupados por ti, pero seguramente ellos cortaron el genjutsu.
- ¿Genjutsu, eso era? Fue una terrible pesadilla… ¡Tengo que encontrar a mi madre, Minato!- advirtió la chica.
- Lo haremos… te lo prometo.


[Fin flasback]


Así fue… Lo más difícil de esta misión fue verte sufrir y lo más triste será el tenerme que ir de tu lado.

(Fin Minato)

La madre de Kushina era realmente hermosa, su cabellera pelirroja y sus ojos escarlata la hacían lucir como una bella princesa. Se encontraba débil pero suficientemente consciente para notar la presencia del sannin.

Jiraiya la llevaba entre sus brazos, aún recordaba su especial aroma, lirios… Y aquel pasado juntos, pero sólo es eso… pasado.

El regreso resultó sin complicaciones, el enemigo fue derrotado y la madre de Kushina salió ilesa del secuestro. De nuevo se encontraban en la mansión Uzumaki.


- Gracias, ninjas de Konoha, el Remolino está en deuda con ustedes.- proclamó Kisho-sama, el padre de Kushina.
- Es nuestro deber ninja y mi deber como amigo de Ayane-chan.- contestó Jiraiya.
- Querida, tengo que checar algunos asuntos con algunos ministros, es un alivio que estés de vuelta, pero seguramente tendrás cosas qué platicar con Jiraiya-san.- advirtió Kisho dejando a una Ayane desconcertada pero convencida de que tenía un esposo comprensivo.
- Ha-ii.
- Puedo ver que te ama mucho.- exclamó Jiraiya.
- Sí, lo sé. Creo que no me equivoqué a casarme con él, soy feliz a su lado y aprendí a amarlo, pero… no tanto como te amé a ti Jiraiya-kun- el sannin quedó sorprendido al escuchar esas palabras pero no fue lo único- ¿alguna vez me amaste Jiraiya?


Continuará...

Capítulo 6

Mi camino ninja


Me sonroja su presencia, odio que me mire así, aún no sé si lo que escuché fue parte del genjutsu o realmente lo dijo. No tendría que importarme, no es nada de mí, ¡apenas lo conozco! Argh… deja de mirarme así, Minato.

- Al parecer mi sensei tuvo un romance con tu madre, antes de que ella se casara con tu padre, ¿cierto?- dedujo el rubio.
- Sip, pero eso es pasado, mi madre adora a mi padre y él a ella. Al parecer el cuento de hadas se cumplió con ellos, es lindo pero sé que en esta época de guerras y conflictos lo que menos importa es “y vivieron felices para siempre”, ¿no crees?
- Mmm… todo es posible Kushina. Yo, por ejemplo, no creí que alguien pudiera entrar tan fácil en mi corazón y tú lo hiciste posible, digo, pues… como una persona fraterna, amistad, supongo.- reiteró nervioso Minato.
- Claro… pero ni te ilusiones conmigo. No soy de esas chicas que se dejan maravillar por chicos, mmm eeh… simpáticos y agradables, bien parecidos y… mmm buenos ninjas y valientes.- se sonrojó sólo de aceptar las cualidades del shinobi- No soy así…- y suspiró.
- Entonces así te parezco, ¿atractivo?- cuestionó Minato maliciosamente.
- Bueno, digo no eres feo pero tampoco así como un galán, oye deja de hablar de esas tonterías, eres patético.- Minato sólo sonrió al ver la incomodidad de la pelirroja y ésta de nuevo habló- Oye… ¿dijiste algo mientras estaba bajo el genjutsu?
- Eeh, ¿yo? Pues, mmm… noo. No que recuerde- mintió el rubio.
- Ahh, me pareció escucharte, pero seguro fue parte de la ilusión.- concluyó la shinobi.
- Y, ¿qué escuchaste?- preguntó curioso Minato.
- Mmm… nada importante. Bien, ya es tarde, iré a dormirme. Hasta mañana, pelos de elote.- se despidió la chica.
- Hasta mañana, Kushina…


(Narración de Kushina)

Sólo fue mi imaginación, él nunca hubiera dicho eso… Mañana se va y yo… también. Lo prometí y también lo hago por alguien más… sí, tú Minato. Por ti seré una nueva Kushina, más linda y así puedas verme más que una amiga.

Ese chico vino a girar mi mundo, ese mundo lleno de comodidades, oculta entre ropa de chico, entre mi kunai y mi sarcasmo. Y lo más extraño es estas ganas de serte agradable, de que me conozcas, que quieras estar a mi lado, de gustarte… Pero así no puedo, aún tengo que cambiar algunas cosas. Por ti… lo haré.



(Narración de Minato)

Oh Kushina, si supieras que eres perfecta tal como eres, que me tienes atontado con tu forma de ser y que si por mí fuera no dejaría este lugar… pero mi deber está en otro lado, lejos del Remolino.

Me iré de aquí dejando parte de mí aquí, contigo. No tengo el valor suficiente para decirte lo que en tus sueños te dije, el terror de que te burles de mí, de que no creas lo que siento, se apodera de mí y no… es mejor dejarte así, pensando que fue tu imaginación y yo creyendo que nunca lo escuchaste.

Pero me haré más fuerte, más digno de ti y cuando esté preparado vendré por ti, para pedirte ante tu padre, honorable para una princesa como tú. Entonces el miedo se borrará y te diré todas las cosas hermosas que siento por ti. Te traeré el cuento de hadas que quieres y lucharé por un “felices para siempre”. Por ti… lo haré.

(Fin Minato)


- Eh, yo… Ayane, te quise mucho. Fue difícil para mí, pedirte que te fueras que… te alejaras de mí pero…- Jiraiya fue interrumpido por una dama con leves lágrimas.
- Pero no me amabas, lo sé… ella siempre ocupó tu corazón y… aún lo ocupa, ¿cierto?- concluyó la dama.
- Ayane… lo siento. Eres una mujer hermosa y no podía engañarte. Sabes soy un caballero testarudo, nunca me di por vencido, aún no…
- Recuerdo aquella noche… Yo quería renunciar a todo, ser sólo tuya y no lo aceptaste. Esa mujer es muy afortunada por tener un pretendiente tan especial como tú.- exclamó entristecida.
- Je, ella no lo cree así, soy más bien un fastidio en su vida, pero algún día la convenceré…- sonrió con melancolía.
- Tsunade… Bella mujer, pues espero que se dé cuenta a tiempo, lo mereces Jiraiya-kun- se acercó a él y lo besó en la frente.
- Arigatou… Ayane.



Era hora de las despedidas. El equipo 7 debía marcharse, aquella misión de investigación se convirtió en de rescate, pero lo más fascinante es cómo cambió la vida de algunos de los protagonistas. Encuentros, sorpresas del corazón, reencuentros, círculos cerrados y ahora un triste final, al menos para Minato y Kushina.

- Pues adiós Kushina, fue un placer conocerte. Estás cordialmente invitada a pasar unos días en Konoha, ¿qué dices?- invitó Minato.
- Vete de una vez…- y salió corriendo del lugar. Minato se quedó pasmado y volteó a ver a su sensei, quien con una mirada le dijo “Ve tras ella”.



La siguió hasta llegar a la cañada donde una vez platicaron, allí estaba ella… ¿llorando? Al parecer y Minato se acercó, sabía que lo rechazaría pero no le importaba, tenía que hablar con ella y tal vez decir lo que sentía.

- Kushina, sé que no me quieres escuchar, pero… - lo interrumpió entre sollozos.
- ¡Ves! Lo lograste. Lograste verme vulnerable, débil, frágil como cualquier chica, ¿eso querías no?- reclamó Kushina.
- No, no claro que no, Kushina, yo adoro tu fortaleza, pero también tu debilidad como persona, eres perfecta, al menos para mí lo eres.- contestó y se acercó a levantar su rostro.
- Minato, yo… yo te volveré a ver, no puedo. Me iré a un instituto, por muchos años y…- Minato se acercó más a ella.
- Yo te buscaré, te lo prometo. Así como lo que te prometí en tu sueño. Sí, sí dije todas esas cosas, porque yo…- nuevamente lo interrumpió.
- Minato… cierra los ojos.- el chico se sorprendió pero la obedeció. Kushina secó sus lágrimas y susurró al oído del rubio.
- Algún día nos encontraremos, será mi camino ninja.- y luego plantó un tierno beso en sus labios. Minato abrió los ojos y no la encontró… Esa fue la despedida.


Continuara…
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