Desarrollando el resto de habilidades.

Nimajita se propuso ese día terminar con las técnicas que le quedaban en 1 año, y comenzó ese mismo día con el jutsu Kanashibari no jutsu.
Nimajita tenía un alto nivel de Genjutsus, por lo que le sería bastante fácil dominar la técnica, que requería unos sellos más el contacto visual.
Se acercó a uno de los presos que mantenía en su laboratorio y se sentó frente a él mirándole fijamente a los ojos, esos ojos con aspecto de serpiente que tanto hacían temblar a sus enemigos...
Realizó los sellos
- ¡ Kanashibari no jutsu !.
Lo repitió bastantes veces manteniendo el contacto visual, pero este genjutsu se le estaba resistiendo, pensó que si realizaba el jutsu de la misma manera que los demás genjutsus podría resultar, realizando los sellos.
- ¡ Kanashibari no jutsu !.
Miró fijamente a los ojos del preso, que quedó paralizado completamente, ya que la parte de su cerebro encargada de los movimientos de los músculos había quedado relativamente inutilizada. Tras este éxito Nimajita descansó unas horas para ponerse a entrenar el siguiente jutsu, Senai Jashuoki.
Consistía en usar las serpientes para transformar sus manos en serpientes.
Estuvo practicando durante horas para realizar el toque final,
- ¡ Senai Jashoki !
Se concentró pero no consiguió que el jutsu se desarrollara del todo.
- ¡ Senai Jashoki !
Ésta era la suya, lo había conseguido, de ambos brazos salieron dos serpientes de tamaño considerable sustituyendo a sus propias manos.
Tras el segundo logro del día, decidió descansar alrededor de una semana, ya que el cansancio de dichos entrenamientos se vería a la larga.
Tras su semana de descanso decidió retomar el entrenamiento ahora que estaba al cien por cien de potencia. La técnica que le quedaba era la más difícil de dominar de todo el pergamino de técnicas, su nombre era Mandara no Jin y era absolutamente devastador y poderoso, tanto es así que con ese jutsu se podría hacer caer a los shinobis de una nación entera, era realmente estremecedor, para desarrollar este jutsu, llamó a 30 de sus ninjas para probar el mismo con ellos. Tardó varios meses en notar algún resultado, apenas descansaba cada día para alimentarse y dormir un poco, ese jutsu era realmente muy difícil de dominar, jamás se le había resistido algo tanto...
Llevaba alrededor de 10 meses practicando la misma técnica, no tenía mucho tiempo, además su cuerpo se estaba viendo resentido por dicho entrenamiento...
al 11 mes consiguió algo.
Colocó la boca en suelo, concentrando su chakra.
- ¡ Mandara no Jin !
Para sorpresa de Nimajita y de los 30 shinobis de la aldea, del suelo salieron un millón de serpientes de tamaño a tener en cuenta con espadas en sus bocas que cortaron, devoraron y mermaron a los ninjas, no dejando vivo a ni uno de ellos... Nimajita tras ésto decidió que necesitaba descansar muchísimo tiempo, esa técnica lo había dejado realmente agotado, no era nada fácil estar 11 meses entrenando...