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 |  Tema: Macroentrenamiento; "Vida de un líder"  Lun Feb 15 2010, 21:01 | |
| Antes de convertirse en Líder de su aldea Nimajita siguió un duro programa de entrenamientos, en estas líneas se recuerdan punto a punto cada uno de los aspectos que se dedicó a entrenar desde el último capítulo, cuando su sensei lo dejó en medio del bosque:
Al despertarse, las trampas seguían colocadas, lo que indicaba que ningún animal salvaje había pasado por el lugar y mucho menos un shinobi, así que quitó con cuidado la trampa, se guardó los utensilios y se puso en marcha hacia la villa, no pensaba ni por asomo quedarse en el bosque durante esos 2 largos meses que su sensei le había colocado, seguramente lo estaba subestimando.
Deambuló durante 2 ó 3 días por el bosque comiendo de lo que cazaba y durmiendo en cuevas o montones de hojas, siempre protegido por numerosas trampas que él mismo ideaba, cosa que no se le daba nada mal. Durante el tiempo que estuvo en el bosque, Nimajita aprendió a agudizar sus sentidos sobre todo el auditivo, ahora era más conciente de los sonidos que le rodeaban y de dónde se situaban, pero aún tendría que salir de ese maldito bosque... 2 semanas ahí eran para él ya todo un calvario, lo que no sabía es que su sensei lo tenía sometido a un Genjutsu que lo hacía deambular en círculos todo el tiempo. A la tercera semana, sintió unos pasos por primera vez, al escucharlos se dio cuenta de que era un hombre... lo persiguió lo más rápido que pudo saltando de árbol en árbol... obviamente el sensei dejó de mantener el genjutsu sobre él mientras corría para que no le descubriese. Por primera vez en bastante tiempo Nimajita vio un claro, y tras éste una enorme puerta ¡ Había llegado a la aldea ! Nimajita estaba sorprendido por su llegada tan repentina y improvisada, pero al menos ahí estaba. Se dirigió a un campo de entrenamiento y se sentó cruzando las piernas, sintiendo los sonidos, percibiendo de qué eran cómo eran... aún estaba muy verde, pero eso no sería suficiente para frenarle los pies. Su sensei se acercó por la espalda, pero él ya lo había percibido, y en señal de ésto se dió una rápida vuelta y con ésta lanzó una patada a los pies del sensei que lo barrió por completo haciéndole caer al suelo, lo que sorprendió mucho al sensei.
- Veo que eres más rápido, pero espero que seas inteligente y no pienses que con eso te bastará, debes de aprender y desarollar tu técnica...
- ¿Hablas de este pergamino?
Nimajita desenrolló apartando el hilo morado de un pergamino viejo con una letra escrita en caracteres japoneses.
Nimajita lo abrió y lo extendió, donde se podía apreciar su firma y su nombre en él.
Su sensei le explicó el funcionamiento de los jutsus del hechicero (Kuchiyoses) y cómo realizarlos, Nimajita captó la teoría al instante, pero aún le quedaba la práctica.
Se mordió el pulgar de la mano derecha y lo apretó contra el suelo
- ¡ Kuchiyose no jutsu !
Pero no ocurrió absolutamente nada, era la primera vez que a Nimajita se le resistía algo, pero no se dejaría vencer fácilmente.
- ¡ Kuchiyose no jutsu !
- ¡ Kuchiyose no jutsu !
- ¡ Kuchiyose no jutsu !
No importaba cuantas veces lo dijera, ya llevaba varios días practicando el mismo movimiento y pronunciación de palabras y lo máximo que había conseguido ver había sido una nube de humo, Nimajita sabía que no sería fácil, pero aún tenía esperanza...
- ¡ Kuchiyose no jutsu !
- ¡ Kuchiyose no jutsu !
- ¡ Kuchiyose no jutsu !
A la cuarta semana de entrenamiento, Nimajita que estaba absolutamente consumido en el expreso entrenamiento del jutsu, cuando de repente salieron unos extraños signos que se extendieron por el suelo y salió una enorme puerta con una cara de demonio frente a sí... la puerta era observable desde cualquier punto de la aldea, Nimajita quedó absolutamente sorprendido de ésto, pero se dio cuenta de que ese jutsu sería únicamente usado por él en un caso de extrema necesidad, ya que agotaba mucho su fuerza física y su chakra...
¿Qué más cosas le ocurrirán a Nimajita con esa extraña puerta demoníaca?...
Otro día...
Nimajita salió de su casa en medio de la lluvia... algo le llamaba en su interior, estaba más serio de lo natural, se sentía odiado... despreciado... la gente le miraba por debajo del hombro como si fuera uno más del montón... pensó que era natural, no poseía ninguna habilidad especial y era un simple Gennin huérfano... llegó a la conclusión de que el propio mundo estaba en contra de él, que los Líderes sólo saben manipular la gente verdaderamente poderosa para hacerse con el control total de todo, acababa de ver en sus propios ojos los hilos que se unían con la mano gigante y todopoderosa de los líderes de las naciones... vio a los shinobis como meras marionetas... vio a los líderes indiferentes a la gran pérdida de vidas en las batallas... esa indiferencia... esa cara de satisfacción... Llegó finalmemente a la conclusión de que él no se dejaría manipular por una sarta de hipócritas con poder. Primero de todo decidió un lugar concreto para llevar a cabo sus reflexiones... un lugar subterráneo.
- ¡ Eso es !
Recordó en uno de los lugares en los que había estado había encontrado una pequeña trampilla...
- ¡ La academia !
Se dirigió a toda prisa a la academia ninja, llegó a la primera clase del pasillo a la derecha, comenzó a contar pasos desde el pupitre del profesor.
- Uno... Dos... Tres... Cuatro... Cinco...
al pronunciar el último dígito tocó hueco con el pie, golpeó con fuerza y se abrió una pequeña trampilla por la que había caido tiempo atrás mientras limpiaba la clase solo...
Bajó por las escalerillas desplegables que tenía la trampilla y observó el lugar, era oscuro, por el único lugar por donde entraba la luz era por una pequeña reja que había a la izquierda de la habitación, por lo demás todo parecían máquinas macabras... algunas aún poseían restos de sangre en sus mecanismos. Por el polvo acumulado y la anidación de arañas dedució que ese sitio había acabado en el olvido después de las guerras y que ahora nadie tenía consciencia de su existencia...
¡ Era la cámara de la tortura de Otogakure !
Decidió que este sería su sitio... "especial" dónde llevaría acabo las prácticas de algunos jutsus de los que había oido hablar de boca de los jônnins de la aldea, según lo que escuchó son jutsus prohibidos que dejaron de existir en su aldea hace mucho tiempo, pero que en otras aldeas aún se conservaban tratados que contenían esos jutsus... su objetivo sería encontrarlos y practicarlos en esa zona.
Unas semanas después.
Nimajita se dirigía a las afueras de la aldea para practicar su invocación de Rashômon. Por el camino fue pensando en lo insignificante que era su aldea frente a las demás... la alabada Konohagakure... la adorada Mizugakure... entre otras muchas... pensó que su aldea estaba subestimada y que no se le prestaba atención, algo que le molestaba y lo reprimía. Le extrañaba que el nuevo líder de la aldea no se preocupara por ésto... si él fuera líder de la aldea atacaría a sangre fría a todas las demás aldeas y se superpondría a todas las aldeas. Mientras se enfrascaba en sus pensamientos llegó a la zona de entrenamiento, dónde comenzaría a entrenar su invocación.
Se sentó sintiendo el chakra fluyendo por sus meridianos... dejó que el chakra fluyera y saliera de forma regulada de su cuerpo.
Se mordió el dedo que goteó algo de sangre y lo golpeó con fuerza contra el suelo haciendo previamente los sellos necesarios
- ¡ Kuchiyose no jutsu !, ¡ Rashômon !
Salió mucho humo del que emergía una enorme puerta demoníaca que era visible desde cualquier punto de la aldea, a Nimajita el sólo hecho de haberla invocado ya le sorprendía... pero no tenía ni la menor idea de para qué podría servirle. Estuvo mucho tiempo controlando y haciendo fluir el chakra mientras observaba la puerta... pasó horas pensando en su utilidad mientras entrenaba su chakra de forma intensiva subiendo por los árboles y subiendo a su vez por la gran puerta... aún no se le ocurría nada, ¿Para qué quería él una puerta inmensa casi indestructible?
- ¡ Eso es, prácticamente indestructible !
Paró de entrenar y se fijó en la enorme puerta y pensó que le podría servir para defenderse en casos extremos... tras esta reflexión siguió entrenando su chakra de mil y una maneras junto al pie de la enorme puerta. Tras su largo entrenamiento que duró varios días, se dirigió a su casa a pensar en cúal era el siguiente paso que hiba a dar, ¿Quizás sería ya la hora de partir a por las técnicas prohibidas que tanto ansiaba conocer, que estaban ahora en su villa?
También entrenó Genjutsus...
Mientras Nimajita recogía lo poco que tenía y se marchaba, decidió hacer una pequeña visita a uno de los ancianos de la aldea, el maestro en técnicas ilusorias. El problema esque vivía muy al norte y se alejaba demasiado su destino, pero merecía la pena aprender de él. Al llegar, lo encontró sentado observando la aldea desde su privilegiada posición, Nimajita saludó con una reverencia.
- Vengo para que me enseñe el arte de las técnicas ilusorias.
- A eso vienen todos.
El anciano se levantó y fue a su habitación, sacó un pergamino y lo extendió en el suelo.
- No es tan fácil como piensas chico... no te enseñaré así como así, primero aprenderás de este pergamino, después yo mismo te enseñaré.
- No tengo demasiado tiempo...
- En ese caso márchate, aquí vas a necesitar más de 2 semanas para dominar estas técnicas.
Entonces Nimajita pensó que podría pasar ahí un tiempo mientras aprendía y decidía a que aldea dirigirse.
Comenzó con el primer jutsu que vio "Matsu no Arashi" tras éste entrenaría otros dos "Kasumi Juusha no jutsu" y "Magen Narakumi no jutsu".
Comenzó memorizando los sellos, lo que no le costó demasiado.
Realizó los sellos.
¡ Matsu no Arashi !
parecía que ese jutsu necesitaba mucha más concentración que cualquier otro tipo de jutsus.
¡ Matsu no Arashi !
¡ Matsu no Arashi !
¡ Matsu no Arashi !
Repitió las mismas palabras y los mismos movimientos de manos casi 2 días, el estómago comenzaba a protestar, por no hablar de sus párpados que parecía que le pesaran 400 toneladas. Dejó el entrenamiento un par de horas en las que aprovechó para comer algo y descansar. Mientras dormía soñó con un mundo mejor... con las técnicas que el deseaba... con su misión...
Al despertarse cogió el odiado pergamino, se concentró muchísimo y gritó mirando a una mujer que pasaba frente a él
¡ MATSU NO ARASHI !
La mujer cayó de rodillas y comenzó a gritar
¡ Ah ! ¡¿ De dónde salen esos rayos ?!
Parecía haberlo conseguido, pero no sabía como revertirlo, así que llamó al maestro que acudió corriendo.
- ¡ Insensato ! ¿Porqué no leistes el primer jutsu de la lista? ¡ Era el que te enseñaba a revertir las técnicas ilusorias, si es el primero es por algo !
Así que el maestro le enseñó a revertir genjutsus por medio del jutsu "Kai", que no le costó demasiado aprender.
Siguió con el jutsu Magen, narakumi no jutsu. Se veía complicadísimo, y así lo fue para Nimajita que tardó 3 días en dominarlo.
¡ Magen, Narakumi no jutsu !
¡ Magen, Narakumi no jutsu !
Le costó muchísimo aprender los sellos, el funcionamiento y la evolución del jutsu. Al fin, a los 3 días consiguió aprenderlo y usarlo correctamente.
Tan sólo le quedaba aprender un jutsu para que el maestro lo aceptara como alumno, pero ese no era momento para aprenderlo, unos shinobis encapuchados se acercaban a la casa...
Los encapuchados rodearon la casa del anciano y comenzaron a penetrar en ella con largas antorchas, pero Nimajita ya se había percatado de su presencia hacía ya mucho tiempo... hacían demasiado ruido. Se acercó a ellos por la espalda sigilosamente, una vez cerca de ellos concentró todo el chakra que había entrenado, que era muy amplio, y se mordió el dedo golpeando el suelo mientras hacia los sellos necesarios con la mano libre y gritaba:
- ¡ Kuchiyose no jutsu ! ¡ Rashômon !
Pero al concentrarse tanto y la adrenalina del momento hicieron que en lugar de 1 puerta infernal salieran nada más y nada menos que ¡ 3 ! salieron de debajo de los enchapuchados, atravesándolos en sus puntiagudos cuernos y arrastrándolos hacia el cielo nocturno, Nimajita estaba realmente sorprendido de su poder, cayó al suelo desmayado después del gran uso de chakra que había hecho. Al despertar, encontró al anciano junto a él. Nimajita se fijó en sus brazos... tenía unas extrañas marcas en ellos.
El anciano le explicó que ambas marcas de sus brazos le servirían para invocar las puertas demoníacas sin invertir tanta cantidad de chakra, tan sólo necesitaría deslizar su sangre por ambos huecos de los signos y aparecerían. Más tarde Nimajita decidió denominar a esa técnica "Sanjuu Rashômon".
El anciano estaba suficientemente contento con el proceso en genjutsus de Nimajita, así que decidió dar un paso agigantado para sus genjutsus...
- He decidido enseñarte una técnica de lo más letal, necesitarás muchísima concentración y varios días de prácticas, ¿Podrás hacerlo?
Nimajita se limitó a asentir con la mirada perdida.
El anciano le explicó cómo desarrollar la técnica... los sellos, etc, la técnica se llamaba "Seppuku no Jutsu". Nimajita decidió darle el primer uso a su pequeño lugar secreto. Se dirigió a la academia.
- Uno... Dos... Tres ...
Cuando dio los pasos necesarios y abrió la trampilla, fue corriendo a la aldea a buscar su primer conejillo de indias...
Una vez tenía el cuerpo lo lanzó a la trampilla, cayó haciendo un sonido sordo levantando una pequeña humareda.
La colocó atada de pie, de forma que ella no pudiera apartar la mirada de la cara de Nimajita una vez despertara. Cuando despertó Nimajita comenzó a hacer las prácticas del jutsu, pero al parecer era mucho más complicado que cualquiera de los genjutsus que había aprendido antes...
- ¡Seppuku no jutsu!
- ¡Seppuku no jutsu!
- ¡Seppuku no jutsu!
No importaba cuantas veces repitiera los sellos y las mismas palabras... llevaba 5 días practicando alimentándose prácticamente a base de pan y agua y aún no notaba progresos... Fue al 14º día cuando descubrió algo...
Miró fijamente a la anciana que estaba muy desnutrida y con mala cara y mientras hacia los sellos le gritó:
~ ¡ Seppuku no jutsu !
La anciana comenzó a dar convulsiones, como si intentara hacer algo, Nimajita notó que su genjutsu había salido bien, así que cortó las cuerdas que la ataban, la anciana comenzó a rodar por el suelo gritando cosas incomprensibles, se agarró el cuello y se apretó de tal forma que la cabeza le enrojeció y estuvo a poco de explotar en mil pedazos, por suerte simplemente se había auto-ahorcado. Por fin había dominado ese complicado genjutsu, pero esa anciana tan sólo era la primera víctima de miles que sufrirían allí mismo sus prácticas...
También dominó el chakra de su elemento...
Nimajita comenzó el entrenamiento de su naturaleza del chakra junto al uno de los integrantes de la cada del anciano especialista en genjutsus.
- Bien enano, comenzaré enseñándote una técnica muy básica su nombre es: Renkuudan.
El joven enseñó los sellos y la resolución del jutsu a Nimajita, que lo entendió perfectamente.
Realizó los sellos a la perfección:
- ¡Renkuudan!
Pero no hiba a ser tan fácil como aprenderse los sellos, apenas salió una pequeña nubecita de humo de su boca.
Tras algunos minutos de prácticas consiguió algo:
Realizó los sellos perfectamente,
- ¡Renkuudan!
Acumuló chakra en su garganta y las envió con fuerza a un árbol, cortándolo por la mitad.
- Realmente tienes algo de talento con las técnicas ocultas e ilusorias, ya me lo dijo el venerable anciano, pero dudaba que fuera así.
Nimajita odiaba en el tono despreciable con el que le hablaba el joven shinobi.
- La segunda técnica que aprenderás no será tan secilla como la última...
El shinobi le explicó el sello y el nombre de la técnica sin olvidar la resolución del mismo, el jutsu se llamaba "Fuuton Yuukaze no jutsu"
Realizó el sello,
- ¡ Fuuton, Yuukaze no jutsu !
Al igual que la última vez, su primer intento fue nefasto.
- ¡ Fuuton, Yuukaze no jutsu !
- ¡ Fuuton, Yuukaze no jutsu !
- ¡ Fuuton, Yuukaze no jutsu !
- ¡ Fuuton, Yuukaze no jutsu !
Llevaba ya 4 horas repitiendo los sellos y la técnica innumerables veces, hasta que...
Realizó el sello mientras concentraba su chakra Fuuton,
¡ Fuuton, Yuukaze no jutsu !
Comenzaron a emergir del aire grandes ráfagas de aire cortante que realizaron cortes limpios a los árboles cercanos, como si hubieran sido talados con una hoja muy afilada.
Como último jutsu, el shinobi le explicó la resolución y los sellos de la técnica Daitoppa.
- ¡ Daitoppa !
- ¡ Daitoppa !
- ¡ Daitoppa !
- ¡ Daitoppa !
Esta técnica no le costaría aprenderla demasiado, ya tenía un mayor control sobre su chakra Fuuton,
Realizó los sellos necesarios mientras pronunció:
~ ¡ Daitoppa !
Lanzó una rápida ráfaga de aire que se dirigió en línea recta a un tocón de árbol, la ráfaga lo levantó por los aires y lo arrastró golpeando y arrasando varios árboles que estaban tras de éste.
Finalmente, Nimajita se fue a descansar.
Como podéis ver en estas líneas, los entrenamientos del nuestro líder no fueron pocos...
Textos sacados originalmente del libro "Vida de un líder" de Anónimo, propiedad de la academia de Otogakure no Sato. | |
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